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Si nuestras emisiones de CO2 no disminuyen rápidamente, se podría favorecer el desarrollo masivo de algas tóxicas

La prestigiosa revista internacional ‘Nature’, en su edición de Cambio Climático, publica un trabajo de investigación sobre la acidificación del océano, en el que ha participado un grupo de investigadores del Instituto de Oceanografía y Cambio Global (IOCAG) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, liderado por el Catedrático de Ecología, Javier Arístegui.

Si nuestras emisiones de CO2 no disminuyen rápidamente, se podría favorecer el desarrollo masivo de algas tóxicas

Este trabajo señala que si las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera y, por lo tanto, en el océano continúan aumentando al ritmo actual, esto podría favorecer el desarrollo masivo de algas tóxicas, con consecuencias de gran alcance para la red trófica pelágica. Esta es la conclusión de un experimento liderado por el Centro Helmholtz de Investigación Oceánica GEOMAR (Kiel, Alemania), y en el que colaboraron científicos alemanes, noruegos, chinos, daneses y de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (IOCAG-ULPGC), con apoyo logístico de  la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN). Este experimento fue financiado por el Ministerio Alemán de Educación e Investigación.

Según explica Ulf Riebesell, Profesor de Oceanografía Biológica en GEOMAR, líder del estudio y primer firmante del artículo, el experimento se llevó a cabo durante dos meses en aguas costeras de las Islas Canarias. Durante este periodo, el alga tóxica Vicicitus globosus incrementó manifiestamente su abundancia a concentraciones de dióxido de carbono (CO2 por encima de 600 ppm (partes por millón), desarrollándose de forma masiva por encima de 800 ppm, con fuertes efectos negativos sobre la supervivencia del resto de la comunidad planctónica. Aún no se ha identificado la causa exacta del crecimiento del alga Vicicitus globosus en condiciones de CO2 alto. O bien el alga se beneficia de manera desproporcionada, aumentando su tasa de fotosíntesis, en comparación con otras especies, o su toxicidad aumenta con el incremento de CO2. “Resolver esta pregunta requiere más análisis detallados en el laboratorio”, explica el Prof. Riebesell.

La acidificación del océano puede promover la proliferación de algas tóxicas

También se desconoce si los resultados de este estudio se pueden extrapolar a otras especies de algas tóxicas. Sin embargo, Vicicitus globosus se distribuye ampliamente, desde las regiones templadas hasta los trópicos, y sus floraciones se han asociado en repetidas ocasiones con la mortandad de peces en aguas costeras e instalaciones de acuicultura. “Esta es la primera evidencia de un estudio de campo en el que se demuestra que la acidificación del océano puede promover la proliferación de algas tóxicas. Otra razón importante para reducir rápidamente las emisiones de CO2, resume el Prof. Riebesell sobre los nuevos hallazgos.

Panel de los Océanos

El Prof. Javier Arístegui, experto español para el “Panel de los Océanos” del IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático), resalta que en el próximo informe del IPCC (“Special Report on the Oceans and the Cryosphere“) se hará una mención especial al problema de las algas tóxicas y su relación con el Cambio Climático, por lo que este artículo supone una contribución oportuna y de gran relevancia científica. Así mismo, considera que la influencia del Cambio Climático sobre el desarrollo de especies de algas nocivas o tóxicas puede ser más acentuado en regiones tropicales y subtropicales, especialmente sensibles a las perturbaciones climáticas, como es el caso de la Corriente de Canarias. 

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