Hoy entrevistamos en “La Universidad Fluye” a May Gómez, profesora del Departamento de Biología y coordinadora del proyecto de Ecofisiología de Organismos Marinos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Hablamos del problema de los microplásticos en Canarias y qué ocurre cuando llegan a la cadena alimentaria.
La Ecofisiologia es el estudio de los procesos fisiológicos que ocurren en los seres vivos bajo la influencia de diferentes factores ambientales. Concretamente nuestro grupo de investigación EOMAR, se dedica al estudio del metabolismo de organismos marinos tales como misidáceos, copépodos, medusas y macroalgas entre otros.
La corriente del Golfo y su rama descendente la corriente de Canarias arrastra hacia el sur toda la basura marina que se vierte en el norte de Estados Unidos y Europa. Esto hace que nuestras islas y sobre todo aquellas playas de orientación norte, sean consideradas como puntos calientes en la recogida de basuras marinas, ya que actúan como colectores de toda esa basura arrastrada por las corrientes constituyendo una situación muy preocupante en algunas de nuestras playas.
Ciertamente, la playa Labra que se encuentra en la isla de la Graciosa, es una playa alejada de centros urbanos y que recibe un número reducido de visitantes. Sin embargo, desgraciadamente presenta valores de contaminación muy parecidos a los encontrados en algunas regiones de Asia.
La producción mundial de plásticos se ha disparado en los últimos 50 años, lo que ha dado lugar a un considerable incremento en la generación de desechos. Se estima que sólo se recicla un 20% de lo que se produce. Anualmente llegan al mar entre 8 y 9 millones de toneladas de plástico fundamentalmente a través de ríos, desagües o zonas costeras, o bien son vertidos directamente en el mar como resultado del transporte marítimo o desechos de la industria pesquera o de acuicultura.
Los microplásticos se generan de dos formas, o bien son fabricados como tal como las microesferas (en las cremas exfoliantes y pastas dentífricas), las microfibras que se desprenden de nuestras ropas en el lavado, o los pellets (materia prima de la que se generan los plásticos) o bien se crean por fragmentación, degradación o erosión de piezas de plástico más grandes.
Los aparejos de pesca abandonados constituyen en sí mismos un gran peligro para la fauna marina ya que son capaces de continuar pescando y produciendo enredos y asfixia en un gran número de especies marinas. Así mismo, estas redes al deteriorarse, se fragmentan convirtiéndose en microfibras y fragmentos.
El problema de los microplásticos es un problema global, el océano no tiene fronteras, Así pues es de gran importancia reducir el consumo de plástico a nivel mundial. Es fundamental reducir la utilización de artículos plásticos de un solo uso.
Claro está, que también se pueden implementar políticas locales de reducción de plásticos y de mejora en el reciclaje.
En los microplásticos se adsorbe un alto número de contaminantes químicos tanto permanentes como emergentes, como son los PCB’s PHA’s, DDT’s o los filtros ultravioletas. Todos ellos compuestos con mayor o menor grado de toxicidad, pudiéndose encontrar hasta 72 compuestos tóxicos en un fragmento de microplástico.
Los microplásticos se incorporan a las cadenas tróficas al ser ingeridos por el zooplancton. El efecto que se puede producir en los organismos por la ingestión de microplásticos con estos compuestos químicos tóxicos, no está todavía claro y se está investigando actualmente en ello. Lo que sí se sabe, es que estos compuestos químicos son fundamentalmente disruptores endocrinos, alterando el sistema hormonal y pudiendo producir efectos cancerígenos y mutagénicos.
Cierto, fundamentalmente microesferas y microfibras en concentraciones de hasta 280 micropartículas por kilo de sal. Al evaporarse el agua en las salinas, la sal cristaliza quedando así las micropartículas atrapadas en los cristales de sal.
Efectivamente esas son las predicciones para 2050, que unen por una parte la extracción desmesurada de peces en las pesquerías, con el creciente aumento de la producción de desechos plásticos.
La situación actual es cuanto menos alarmante, está en juego la salud de nuestros océanos y de todos aquellos organismos que lo habitan y que dependen de una manera u otra de él.
Se hace pues necesario tomar medidas, aprobar políticas de reducción de producción de plásticos, sobre todo los de un solo uso, prohibición global de la utilización de microesferas en los productos de cuidado personal y los cosméticos y urgir a las industrias a disminuir los empaquetados que utilizan este material y a rediseñar sus productos. Es fundamental que cambiemos nuestros hábitos.
Está en juego, la salud del medio ambiente, la nuestra y la de nuestros hijos.
No podemos esperar a que “alguien” haga “algo”, tenemos que empezar a hacerlo nosotros. Hay que Reducir, Reutilizar y Reciclar. Cada bolsa de plástico y cada botella que dejemos de usar cuenta.
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