Te puede parecer una broma y seguro que te entra la risa facilona al oír hablar de que existe el Día Mundial del Retrete, pero seguro que te cambia la cara al enterarte de que la diarrea ocasionada por las malas condiciones de saneamiento y el agua insalubre mata a 315.000 niños cada año. ¿Ves necesaria la campaña de concienciación ahora?
Este es el lema de las Naciones Unidas para el Día Mundial del retrete 2016, que se centra en cómo el saneamiento, o su ausencia, puede afectar a los medios de subsistencia.
Esta celebración es impulsada por Naciones Unidas desde 2013 , siendo la necesidad de retretes en todo el mundo una de sus prioridades en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, lanzados en 2015, que incluyen el objetivo 6 que tiene la meta de lograr, para 2030, el acceso equitativo a servicios de saneamiento e higiene adecuados para todos y poner fin a la defecación al aire libre, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las niñas y las personas en situaciones vulnerables.
La ONU y sus asociados están dando a conocer el mensaje de que los retretes salvan vidas, aumentan la productividad, crean empleo y las economías crecen. Nos puede parecer una tontería, ya que en los países occidentales todo el mundo tiene acceso a un retrete en condiciones, pero la realidad es que cada día mueren casi 1.000 niños menores de cinco años de edad en el mundo por enfermedades diarreicas, por consecuencia de la falta de un saneamiento básico y de un acceso al agua potable.
El saneamiento no había sido incluido originalmente dentro de los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio, y que se acordó su inclusión más tarde, en la conferencia Río+10, celebrada en Johannesburgo en 2002.
Antes de entrar en materia económica, lo realmente importante es que 2.400 millones de personas viven sin acceso a unos servicios de saneamiento de calidad (Organización Mundial de la Salud (OMS)/UNICEF, 2015), de ellas, 946 millones todavía defecan al aire libre y provoca la muerte de 315.000 niños cada año (WASHwatch 2016).
Algo tan básico como que no utilizar letrinas acondicionadas transmite enfermedades no se entiende bien en muchas culturas. Llevar letrinas gratuitas a pueblos y colocarlas en cadena no es útil.
Hoy, en América Latina y el Caribe, más de 31 millones de personas dependen de agua no potable, y 107 millones apenas cuentan con letrinas rudimentarias. OMS/UNICEF (2015).
Defecar al aire libre es una fuente importante de enfermedades, desde la disentería hasta el cólera, pasando por gusanos intestinales fuente de distintas infecciones. La diarrea ocasionada por el agua insalubre y las malas condiciones de saneamiento e higiene guarda relación con el 50% de los casos de desnutrición infantil, que puede menoscabar el desarrollo físico y mental de los niños (OMS, 2008). Aunque las cifras han mejorado en los últimos años, quedan retos por cumplir para que no se agraven.
Este es el atractivo que ha querido potenciar la ONU este año en su campaña “aseos y empleo”, con el objetivo de que los empresarios y grandes compañías se den cuenta de las grandes cifras que pueden generar si se interesasen por llevar el retrete a todo el mundo.
Por ejemplo, el valor de la demanda mundial de agua y servicios de saneamiento sobrepasa los 50 .000 millones de dólares (Freedonia, 2013) y cada año se pierden aproximadamente 260.000 millones de dólares en todo el mundo a causa de las repercusiones de un saneamiento inadecuado y del agua insalubre en muchos aspectos de la economía, pero especialmente en la atención de la salud (Hutton, 2012).
Se calcula que la pérdida de productividad debida a enfermedades ocasionadas por la falta de saneamiento y las malas prácticas de higiene cuesta a muchos países hasta el 5% de su PIB (Hutton, 2012).
Son cifras para pensárselo, ¿no? Ya en todo el mundo están surgiendo empresas sociales respondiendo a las necesidades de la gente, ofreciendo servicios a través de toda la cadena sanitaria, desde retretes hasta tratamiento de residuos. Solo hay que dar un pasito más.
La International Water Association (2014) estimó que, para lograr el acceso universal al agua y al saneamiento en 15 países, se necesitarían más de 750.000 profesionales adicionales capacitados en los sectores del agua y el saneamiento.
¡Hasta influye en el puesto de trabajo! La transmisión de enfermedades en el lugar de trabajo, principalmente debido a las malas condiciones de saneamiento e higiene, causa el 17% de todas las muertes relacionadas con el trabajo (Organización Internacional del Trabajo (OIT) 2003) . Queda claro que los retretes y el agua potable en los lugares de trabajo aumentan la productividad, ayudando a mantener seguros y sanos a los empleados.
Ante todo lo expuesto anteriormente podrías pensar “pues es sencilla la solución, con hacer más retretes se acabó el problema”, pues NO. ¿Por qué? Porque además de la inversión en instalaciones, es necesario afrontar muchos mitos culturales, sociales e incluso religiosos para solucionar el problema. “Mientras que el acceso al agua es percibido por la comunidad como una necesidad básica e inmediata, con el saneamiento y la higiene cuesta mucho más que sea establecido como una prioridad, dado que sus vínculos con la salud y la nutrición, pese a ser importantísimos, no son visibles a primera vista”, cuenta el Responsable de Agua, Saneamiento e Higiene de Acción contra el Hambre, Pablo Alcalde.
En India, casi la mitad de los 1.200 millones de habitantes no tienen acceso a un retrete. Para hacernos una idea, según explican desde la ONU, hay más gente que dispone de un teléfono móvil que de un inodoro.
Es vital, por tanto, llevar a cabo una importante labor de concienciación sobre el problema que genera defecar al aire libre y provocar así el cambio de comportamientos en la comunidad.
Es un Derecho Humano y garantizarlo es rentable. ¿Hace falta algo más? Fluyan con nosotros el Día Mundial del retrete para llamar la atención de gobiernos y empresas y que unan sus fuerzas para acabar con este importante problema mundial.
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