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Cuatro ideas innovadoras y sostenibles que podríamos trasladar a Canarias

Nos hemos dado una vuelta por el mundo para buscar ideas innovadoras y sostenibles que podríamos trasladar a Canarias. ¡Empezamos!

Carreteras de plástico rescatado del mar en Holanda

En Holanda quieren darle una nueva vida a los residuos plásticos que llegan a nuestros océanos, convirtiéndolos en carreteras bajo el proyecto PlasticRoad, de la empresa VolkerWessels. La compañía explica que es posible darle una nueva vida a los desechos en lugar de quemarlos o enterrarlos, evitando a la vez las millones de toneladas de CO2 que se emiten a la atmósfera con la fabricación y el tendido de asfalto habitual.

Rotterdam será la primera ciudad del mundo en la que los coches dejarán de rodar solo por asfalto. Planean construir carreteras con los residuos de plástico rescatados de los océanos. Serán bloques de polímeros, que recuerdan a las piezas de Lego con las que se jugaba de pequeño, y se presentan como la alternativa ecológica para dejar de verter cemento.

Este año se han gastado 14,2 millones de euros en Gran Canaria para el mantenimiento de las carreteras y 23 millones en Tenerife. ¿Imaginan esta cantidad de dinero en asfaltado y a su vez en emisiones de CO2?

La calzada tendría un mayor aguante y soportaría temperaturas más extremas que abarcarían desde los -40º a los 80ºC. No supondría un problema para Canarias teniendo en cuenta nuestras agradables temperaturas. También podrían ser instaladas en un tiempo inferior; en vez de meses solo se tardarían semanas. Este ahorro de tiempo se debe a que los bloques no necesitan ser construidos en la misma carretera: se prefabrican en la empresa y después se trasladan, limitando así los problemas de logística y seguridad vial -desvíos, retenciones- que suelen producirse durante las obras de asfaltado.

Las carreteras de plástico ahorrarían una gran cantidad de emisiones de CO2

Serían una gran ventaja para Canarias, ya que, cada vez que se cierra una carretera por mantenimiento, supone un grave perjuicio para muchos habitantes por nuestra particular orografía. Llegando a producir aislamiento en algunas zonas. Reducir los tiempos es vital.

El asfalto convencional es responsable cada año de la emisión de 1,6 millones de toneladas de CO₂ a nivel mundial, lo que supone un 2 % de todas las emisiones correspondientes al transporte por carretera.

Y, por último, otro beneficio, remarcan los impulsores del proyecto, es que el plástico es un material más ligero que el cemento, con lo que se disminuiría la presión sobre el suelo. El espacio hueco existente en el interior de los bloques permitiría que se tendieran cables y tuberías para cualquier tipo de suministro. Lo que todavía sería más beneficioso para zonas con difícil acceso de los servicios básicos o modernos, como la fibra óptica.

“La idea todavía está sobre el papel, la siguiente etapa es construirlos y probarlos en un laboratorio para asegurarse de que son seguros en condiciones húmedas y resbaladizas. Estamos buscando también socios que quieran colaborar”, decía Mars.

El plan es seguir trabajando en perfeccionar los materiales y empezar a instalar las primeras “carreteras de plástico” a partir de 2017.

Carriles bici que se iluminan por la noche y se cargan con el Sol en Polonia

Es bien sabido que en Canarias tenemos un pequeño problema con los carriles bicis que se han instalado en nuestras ciudades (¡cuánto ha dado que hablar el carril-bici de Las Palmas de Gran Canaria!). Ya sea por cuestiones de espacio, de mal planeamiento o de falta de cultura de movilidad, son muchos los que se lían con las líneas de la carretera y no ven con claridad los carriles bici, provocando una situación muy peligrosa para el ciclista.

En Polonia, en la localidad de Lidzbark Warminski, tuvieron una brillante idea, nunca mejor dicho, para darle visibilidad a los carriles bici por la noche. Este carril brilla en la oscuridad y seguro que los ciclistas lo agradecen a la hora de circular.

Está fabricado con un material sintético que puede dar luz durante un máximo de diez horas gracias a la carga de energía solar durante el día. Los luminóforos (o partículas con los que se ha realizado el carril bici) pueden lucir en una gran variedad de colores, pero de momento los diseñadores se han decantado por el color azul, pues parece ser que encajaba mejor con el paisaje.

Estos carriles están pensados para disminuir los riesgos y aumentar la seguridad de lo que viajan en bici por las noches, por lo que no sería una mala idea para nuestros carriles bici, que a más de uno le han jugado una mala pasada.

Huertos y jardines para residentes en París

En su carrera para convertirse en la ciudad “verde” por excelencia de aquí a 2050, París lleva tiempo implementando medidas que apuestan por un futuro más comprometido con el medio ambiente.

“París Smart City 2050” es una apuesta en firme para transformar la ciudad del amor, en la ciudad más sostenible del planeta, con la intención de ofrecer una mayor calidad de vida a sus habitantes y turistas.

Así, el consistorio parisino ha aprobado este verano una medida insólita y revolucionaria al mismo tiempo. Y es que cualquiera de sus ciudadanos podrá reverdecer el entorno con plantas y cultivar verduras y hortalizas en cualquier parte de la ciudad, ya sea en sus casas, oficinas, jardines públicos, jardineras de los árboles de las calles, paredes o tejados. Cualquier sitio es válido para impulsar la cultura de los huertos urbanos por toda la ciudad.

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Fuente: muhimu.es

La nueva ley pretende crear 100 hectáreas de jardines de aquí a 2020, usando para ello muros, azoteas y fachadas. Un tercio de ese espacio será el dedicado a los huertos urbanos.

De este modo, el Ayuntamiento de París permitirá que cualquiera de sus ciudadanos se convierta en jardinero, aunque para ello deberán cumplirse una serie de condiciones.

Cultivos sostenibles en París

Los jardineros urbanos deberán utilizar métodos de cultivo sostenibles, evitando pesticidas tóxicos y promoviendo la biodiversidad en la capital. Además, necesitarán un permiso otorgado por el consistorio y se deberán comprometer a mantener correctamente sus huertos urbanos, asegurándose de que la vegetación mejora la estética del lugar.

El gobierno local, a cambio, proporcionará a los que se sumen a esta propuesta un kit de siembra que incluye semillas y tierra para cultivar. Con esta medida se pretende mejorar la calidad de vida de los parisinos, dando libertad a sus jardineros a la hora de cultivar, fomentando la creatividad y convirtiendo París en una ciudad más verde.

¿Y por qué no en Canarias? Tenemos espacios, tenemos un buen clima y solo falta voluntad política para llevarlo a cabo. Los huertos urbanos están bien y se han ido desarrollando con bastante éxito en nuestra ciudades, pero ir un paso más allá es posible.

«Supermanzanas» pacificadas y libres de coches en Barcelona

Barcelona ha puesto en marcha este concepto urbanístico, que consiste en crear un espacio interior peatonal mayor que los de una manzana de edificios normal, pero más reducidas de lo que sería un barrio, en el que no pueden circular vehículos de motor.

La particularidad de este proyecto en el Poblenou es que no solo se respeta a los peatones, sino que se desarrollan actividades lúdicas, comerciales o educativas, que mejoran la calidad de vida de los habitantes de esa zona. El plan ha causado revuelo en círculos de urbanistas en todo el mundo y cobertura de medios internacionales incluso más extensa que en medios nacionales. Curioso.

“Como ciudad mediterránea que es, en Barcelona la gente pasa mucho tiempo en el espacio público”, explica Janet Sanz, concejala de distrito de Nou Barris. “Nuestra intención es que ese espacio público sea una extensión de nuestras casas, para lo cual la ciudad debe ser más humana y saludable”.

“En la ciudad hay mucho espacio para el vehículo privado y muy poco para los peatones, para los vecinos o incluso para el uso comercial, como pueden ser las terrazas”, explica Sanz. “Estamos siempre debatiendo dónde se pone un parque infantil, una zona deportiva, zonas para personas mayores porque hay muy poco espacio público para estas cosas cuando, en realidad, lo que sucede es que lo estamos dedicando al aparcamiento en superficie y al uso de los automóviles”.

Salvando las distancias con Barcelona, ¿no tenemos nosotros un clima perfecto para llevar a la práctica un proyecto así?

“En la supermanzana que se acaba de poner en marcha hemos descubierto que cerca de una de las plazas interiores hay una escuela. A partir de entonces, comenzamos a hablar con la escuela para ver qué actividades se podían hacer en ese espacio liberado de coches. En otro entorno lo que hay es un gimnasio, así que se han organizado clases gratuitas para los vecinos. Esto no quiere decir que vaya a haber actividades las 24 horas del día, sino que se va a configurar un modelo de ciudad diferente en colaboración con los habitantes y en el que se va a restar presencia a los coches”.

Ser una ciudad inteligente debería ser algo más que llenarla de tecnología, favoreciendo la participación ciudadana, tener espacios públicos de calidad y no soportan tantos niveles de polución.

A nosotros nos parece un proyecto muy exportable a nuestras dos capitales. Zonas sin vehículos, libres de humo y en los que la ciudadanía gane espacios para su uso y disfrute. Tenemos el clima, tenemos a la gente y solo falta probarlo. ¿Por qué no?

Si no cambiamos nuestras ciudades ahora, ¿cuándo?

Fuente:

La información fluye desde lavozdelmuro.netplaygroundmag.netyorokobu.es y muhimu.es

 

1 Comment

  1. […] trabajos para eliminar de forma responsable estos residuos se han adjudicado, a través de tramitación ordinaria y procedimiento abierto, a la empresa […]

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