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El cambio climático y la degradación ambiental agravan la explotación laboral infantil

Los movimientos migratorios que se están produciendo en el planeta por culpa de la degradación medioambiental y el cambio climático agravan la explotación laboral infantil, según la Fundación Tierra de Hombres en el documento ‘El vínculo ignorado: los efectos del cambio climático y de la degradación medioambiental sobre el trabajo infantil‘, difundido con motivo de la celebración este lunes 12 de junio del Día Mundial contra el Trabajo Infantil.

El cambio climático influye en la explotación laboral infantil

Está claro que el cambio climático está influyendo en multitud de cuestiones globales, pero su relación con la explotación laboral infantil es una cuestión bastante ignorada en la actualidad. ¿Cómo ocurre? Las alteraciones de los ecosistemas (desastres naturales, cambios de temperaturas, degradación del suelo, etc.) motivan las migraciones, sobre todo, de las zonas rurales a las urbanas, ya que dependen en su mayoría de la agricultura y la escasez de tierras fértiles, agua o leña como combustibles imposibilitan su desarrollo. Así, los hogares más pobres se ven obligados a sacar a sus hijos de la escuela para que trabajen, y así conseguir nuevas fuentes de ingresos. A este respecto, los menores dejan de estar escolarizados para exponerse a la explotación laboral infantil, inhalación de substancias tóxicas o condiciones de trabajo intolerables, que afectan a su sistema nervioso central, inmunitario y digestivo.

Es decir, las condiciones meteorológicas extremas, las sequías, el agotamiento de los recursos naturales, la contaminación o los desechos tóxicos, a menudo agravan la situación de las comunidades más empobrecidas fomentando las migraciones y con ellas la explotación laboral de los niños y niñas, según este estudio.

La Fundación estima que el 58,6% de niños y niñas explotados laboralmente trabaja en agricultura; el 25,4% en servicios; el 6,9% en el trabajo doméstico; el 7,2% en la industria, construcción y manufactura; y el 1,9% no están definidos. Y recoge que, según UNICEF, más de 500 millones de niños viven en zonas con un altísimo grado de inundaciones y casi 160 millones viven en zonas que padecen grados altos o extremos de sequías.

Los niños de zonas rurales son más vulnerables que los de zonas urbanas

Es cierto que en algunas comunidades los niños estudian y trabajan a la vez, pero la mayoría carece de oportunidades educativas reales o no puede compaginar el trabajo y el colegio, lo que acarrea el abandono de los estudios.

Así, recalca el informe, los niños de las zonas rurales son más vulnerables frente al estrés medioambiental y los desastres naturales que los niños de las zonas urbanas. Por ello, indica que los hogares más pobres tienden a responder a esa situación sacando a sus hijos de la escuela para mandarlos a trabajar.

Los resultados de la investigación han demostrado cómo el cambio climático en la región del Sahel (Burkina Faso) provoca condiciones meteorológicas imprevisibles y el agotamiento de los suelos, provocando la migración en busca de ingresos.

Al dejar de estar escolarizados, los menores se exponen a la explotación infantil, la inhalación de sustancias tóxicas o a condiciones de trabajo “intolerables.

Recomendaciones del Informe sobre el Trabajo Infantil 2017

Recomienda dedicar mayores recursos a la investigación sobre la relación entre el cambio climático y el trabajo infantil, elaborar esquemas de prevención más específicos y una mayor integración entre las políticas de protección al medio ambiente y las de protección a la infancia.

En India, según el informe, la duración de la migración estacional, a causa del cambio climático, ha aumentado de tres a seis meses. En Nicaragua, señala que pueden surgir nuevas formas de trabajo como resultado de la degradación ambiental y que los vertederos a cielo abierto se han convertido en una lucrativa y de fácil acceso fuente de ingresos también para los menores.

Además, deja claro que la situación de las personas migrantes afectadas por el cambio climático, debe tenerse en cuenta en la política nacional e internacional y ser adaptada a cada contexto local, para que los niños y niñas tengan acceso a una educación de calidad que les ofrezca una mejor perspectiva de futuro a largo plazo.

La información llegó fluyendo desde: tierradehombres.org

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