Reino Unido acaba de inaugurar el mayor parque eólico marino del mundo, Walney Extension, en pleno Mar de Irlanda, con una capacidad de 659 megavatios, suficientes para proporcionar energía a 590.000 hogares (o a una ciudad del tamaño de Málaga).
Walney Extension arrebata el primer puesto mundial al parque eólico de London Array, frente al estuario del río Támesis, pese a contar con la mitad de turbinas y ocupar una superficie sustancialmente menor (el equivalente a 20.000 campos de fútbol).
Molinos de 195 metros de altura, que no suponen ningún riesgo para las embarcaciones y una energía que ya representa el 36% en todo el mundo.
En el 2020 está prevista, en todo caso, la “botadura” de otro parque eólico marino aún mayor: el East Anglia One (714 megavatios), impulsado por Scottish Power, la filial británica de Iberdrola, y la idea es que esté listo en 2020. Aunque la madre de las centrales offshore llegará de las manos de la compañía danesa Orsted, que planea tres parques sucesivos en Hornsea, en las costas de Yorkshire, capaces de alimentar a dos millones de hogares.
Reino Unido se ha consolidado como el indiscutible líder mundial en energía eólica offshore: siete de los diez mayores parques marinos están ya frente a sus costas. El recelo que siguen provocando los “molinos” de viento en la campiña inglesa contrasta con la firme apuesta por las turbinas en el mar, que suponen ya el 10% de la tarta energética.
El impetuoso avance de la eólica marina contrasta con el estancamiento de los proyectos de eólica en tierra y con el relativo parón de la energía solar, que sin embargo creció espectacularmente en la última década, con una capacidad acumulada de 12.9 gigavatios (casi tres veces más que en España). Pese al recorte de las primas y las crecientes dificultades para su instalación, la fotovoltaica ha superado “picos” del 7% de la tarta energética el último año.
Como curiosidad, en Canarias es donde se encuentra el primer aerogenerador marino de España, frente a la costa de Telde, Gran Canaria. Además, la instalación de centrales de energía eólica marina en el 12% de la superficie de las aguas de las Canarias podría suministrar hasta 22 veces la energía eléctrica que se consume en las islas, según un estudio que publica en la revista Energy de la profesora de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) Julieta Schallenberg, miembro del comité internacional de 30 expertos que asesora la Comisión Europea a la hora de fijar prioridades en materia energética.
Otra noticia muy destacable en el último año ha sido el “apagón” del carbón. El país que fue la cuna de la revolución industrial celebró en el 2017 el primer día sin carbón y este año ha marcado el precedente de tres días consecutivos y más de mil horas acumuladas sin quemar el negro mineral, el combustible fósil que más contribuye al cambio climático.
Fuente: msn.com, abc.es, elespectador.com