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May Gómez: “Cada bolsa de plástico y cada botella que dejemos de usar cuenta”

May Gómez (izquierda) y Alicia Herrera (derecha), miembros del grupo EOMAR.

Hoy entrevistamos en “La Universidad Fluye” a May Gómez, profesora del Departamento de Biología y coordinadora del proyecto de Ecofisiología de Organismos Marinos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Hablamos del problema de los microplásticos en Canarias y qué ocurre cuando llegan a la cadena alimentaria.

May Gómez: “Cada bolsa de plástico y cada botella que dejemos de usar cuenta”

May Gómez, la universida fluye

Empecemos por el principio, ¿qué es la ecofisiología y en qué investiga el Grupo de Ecofisiología de Organismos Marinos (EOMAR) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria?

La Ecofisiologia es el estudio de los procesos fisiológicos que ocurren en los seres vivos bajo la influencia de diferentes factores ambientales. Concretamente nuestro grupo de investigación EOMAR, se dedica al estudio del metabolismo de organismos marinos tales como misidáceos, copépodos, medusas y macroalgas entre otros.

Uno de los estudios que realizan es la presencia de plásticos en la vida marina de las aguas de Canarias y las playas de las islas. ¿Cómo se encuentra Canarias en cuanto a la presencia de plásticos en sus aguas y playas?

La corriente del Golfo y su rama descendente la corriente de Canarias arrastra hacia el sur toda la basura marina que se vierte en el norte de Estados Unidos y Europa. Esto hace que nuestras islas y sobre todo aquellas playas de orientación norte, sean consideradas como puntos calientes en la recogida de basuras marinas, ya que actúan como colectores de toda esa basura arrastrada por las corrientes constituyendo una situación muy preocupante en algunas de nuestras playas.

A veces, pensamos que los problemas medioambientales no llegan a Canarias porque vemos todos estos casos de contaminación en el Pacífico, grandes islas de plástico a la deriva, etc; Sin embargo, vemos que ya llegan hasta las playas menos habitadas de las islas.

Ciertamente, la playa Labra que se encuentra en la isla de la Graciosa, es una playa alejada de centros urbanos y que recibe un número reducido de visitantes. Sin embargo, desgraciadamente presenta valores de contaminación muy parecidos a los encontrados en algunas regiones de Asia.

¿Cuál es la fuente de esos plásticos? ¿Por qué llegan al mar? Y, ¿cómo se convierten en los famosos microplásticos?

La producción mundial de plásticos se ha disparado en los últimos 50 años, lo que ha dado lugar a un considerable incremento en la generación de desechos. Se estima que sólo se recicla un 20% de lo que se produce. Anualmente llegan al mar entre 8 y 9 millones de toneladas de plástico fundamentalmente a través de ríos, desagües o zonas costeras, o bien son vertidos directamente en el mar como resultado del transporte marítimo o desechos de la industria pesquera o de acuicultura.

Los microplásticos se generan de dos formas, o bien son fabricados como tal como las microesferas (en las cremas exfoliantes y pastas dentífricas), las microfibras que se desprenden de nuestras ropas en el lavado, o los pellets (materia prima de la que se generan los plásticos) o bien se crean por fragmentación, degradación o erosión de piezas de plástico más grandes.

Una fuente de microplásticos son los aparejos de pesca abandonados, perdidos o desechados.

Los aparejos de pesca abandonados constituyen en sí mismos un gran peligro para la fauna marina ya que son capaces de continuar pescando y produciendo enredos y asfixia en un gran número de especies marinas. Así mismo, estas redes al deteriorarse, se fragmentan convirtiéndose en microfibras y fragmentos.

¿Qué puede hacer Canarias para combatir la presencia de microplásticos en sus aguas? ¿La única solución es reducir globalmente el consumo de plástico?

El problema de los microplásticos es un problema global, el océano no tiene fronteras, Así pues es de gran importancia reducir el consumo de plástico a nivel mundial. Es fundamental reducir la utilización de artículos plásticos de un solo uso.

Claro está, que también se pueden implementar políticas locales de reducción de plásticos y de mejora en el reciclaje.

Las Naciones Unidas ha denominado a los microplásticos como una “bomba tóxica”.

En los microplásticos se adsorbe un alto número de contaminantes químicos tanto permanentes como emergentes, como son los PCB’s PHA’s, DDT’s o los  filtros ultravioletas. Todos ellos compuestos con mayor o menor grado de toxicidad, pudiéndose encontrar hasta 72 compuestos tóxicos en un fragmento de microplástico.

Una de las mayores preocupaciones es que vemos que estos microplásticos se están integrando en la cadena trófica. Los animales los ingieren y los incorporan a sus organismos. ¿Qué efectos puede provocar esto en los humanos?

Los microplásticos se incorporan a las cadenas tróficas al ser ingeridos por el zooplancton. El efecto que se puede producir en los organismos por la ingestión de microplásticos con  estos compuestos químicos tóxicos, no  está todavía claro y se está investigando actualmente en ello. Lo que sí se sabe, es que estos compuestos químicos son fundamentalmente disruptores endocrinos, alterando el sistema hormonal y pudiendo producir efectos cancerígenos y mutagénicos.

Recientemente, un trabajo publicado en ‘Scientific reports’ que analizaba las sales producidas por salinas de toda la costa española, entre ellas las de La Palma y Lanzarote, concluía que la sal de mesa canaria contiene ya microplásticos.

Cierto, fundamentalmente microesferas y microfibras en concentraciones de hasta 280 micropartículas por kilo de sal. Al evaporarse el agua en las salinas, la sal cristaliza quedando así las micropartículas atrapadas en los cristales de sal.

Si la situación es la que es, no queremos ni pensar como será en 2050, cuando según diversos estudios habrá más plástico en los océanos que peces.

Efectivamente esas son las predicciones para 2050, que unen por una parte la extracción desmesurada de peces en las pesquerías, con el creciente aumento de la producción de desechos plásticos.

¿Qué nos puede suceder en el futuro?

La situación actual es cuanto menos alarmante, está en juego la salud de nuestros océanos y de todos aquellos organismos que lo habitan y que dependen de una manera u otra de él.

Se hace pues necesario tomar medidas, aprobar políticas de reducción de producción de plásticos, sobre todo los de un solo uso, prohibición global de la utilización de microesferas en los productos de cuidado personal y los cosméticos y urgir a las industrias a disminuir los empaquetados que utilizan este material y a rediseñar sus productos.  Es fundamental que cambiemos nuestros hábitos.

Para terminar, ¿qué mensaje le gustaría mandar para concienciar a los canarios?

Está en juego, la salud del medio ambiente, la nuestra y la de nuestros hijos.

No podemos esperar a que “alguien” haga “algo”, tenemos que empezar a hacerlo nosotros. Hay que Reducir, Reutilizar y Reciclar. Cada bolsa de plástico y cada botella que dejemos de usar cuenta.

Titulares de la entrevista a May Gómez

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