Muchas semanas llevamos aquí hablando de cómo la pandemia por el coronavirus está afectando a la economía y el turismo. El riesgo que se corre cuando pasa el tiempo es la «normalización» del problema y que eso lleve a que nos relajemos con los protocolos de prevención.
Pero no, el riesgo a los contagios sigue presente y ese parece que fue el aviso que quiso dejarnos la enfermera Pamela Donald antes de morir por coronavirus.
Pamela Orlando es una enfermera de 56 años que trabajaba en un hospital de Nueva Jersey. Tras enfermar con el coronavirus Covid-19, decidió filmar la evolución de su cuadro con su móvil.
Al principio, allá por marzo comenzó a sentir los primeros síntomas: algo de fiebre y tos. En ese momento -y conociendo los problemas de saturación de los hospitales-, decidió aislarse en casa. Y como quería dar a conocer cómo era el proceso, comenzó a grabar vídeos de su día a día.
“Voy a controlar mis síntomas en casa”. En este primer vídeo aún se presentaba recostada en su cama con aspecto saludable.
Pero poco a poco su salud fue empeorando. Dolor de espalda, fiebre que no bajaba hasta que comenzó a sentir dificultades al respirar y sus hijos decidieron trasladarla al hospital.
El periodista David Begnaud realizó un reportaje para la CBS que compartía en su cuenta de Twitter.
Ya en la UCI, no quiso dejar de compartir los vídeos, aunque ya su estado de salud estaba claramente deteriorado.
En los últimos videos, ya Pamela no puede hablar. Una conmovedora historia, dura, que nos tiene que hacer reflexionar y no bajar la guardia para volver cuanto antes a la ansiada normalidad.
Y NO NOS CANSEMOS DE DECIRLO: ¡GRACIAS, SANITARIOS!