Alexis Ravelo es un escritor nacido en Las Palmas de Gran Canaria y muy reconocido en el mundo de la novela negra.
Alumno en talleres de narrativa impartidos por Augusto Monterroso o Alfredo Bryce Echenique, Alexis es de los que no duda en meterse en “un tinglado”. Ha sido cofundador de la revista literaria La Plazuela de las letras, creador del espacio de divulgación cultural Matasombras, imparte talleres literarios y hasta ha estado metido en el guión de espectáculos teatrales (El crimen de la perra Chona, Los Gofiones) o de cine.
Tras el fotógrafo Nacho González, es el turno ahora de Alexis Ravelo en la serie de entrevistas de #FluyeArtistas, en la que nos desvela cómo ha sido el confinamiento y las inquietudes sobre el futuro próximo de uno de los escritores más reconocidos de novela negra en el panorama nacional.
¿Cómo era, hasta la declaración del Estado de Alarma, tu rutina de trabajo? ¿Cómo era “un día en la vida de”?
Si no estaba de viaje, me levantaba temprano y escribía hasta las once o las doce. Luego me dedicaba a la casa hasta la hora de comer. Por la tarde, después de leer o ver algo de televisión, aprovechaba para preparar talleres, documentar, etc. Por la noche, algo más de televisión y lectura. Eso salvo un par de días a la semana, en los que imparto talleres por la tarde.
La excepción son los viajes (muy frecuentes, cortos y a diferentes sitios) para promoción, conferencias, asistencia a festivales, etc. Interrumpen esa rutina de trabajo y se hace muy difícil mantener fuera de casa la dinámica de la escritura matinal.
¿Cómo cambió ese plan de trabajo “normal” con la llegada del COVID-19 y, en especial, con el estado de alarma y confinamiento de la población? ¿A qué te está costando adaptarte?
Cambió en que ya no fue posible hacer viajes. Pero eso para mí es más una ventaja que un inconveniente. De hecho, cuando comiencen otra vez los desplazamientos en avión, voy a echar de menos el confinamiento, porque me ha permitido dedicar más horas a la lectura y la escritura. Ha eliminado, además, el espacio mental que ocupan los desplazamientos y las citas públicas.
Por otro lado, los talleres han pasado a ser online y eso, paradójicamente, hace que deba dedicarles más tiempo que cuando son presenciales (hay que preparar vídeos, corregir por email, hacer horas de guardia de tutoría virtual). Lo único que he echado de menos realmente en este confinamiento es ir de librerías (no disfruto con la lectura en ebook, sigo siendo lector en papel). Normalmente, bajo una vez a la semana a la ciudad y visito un par de librerías amigas, compro libros y me siento a echarles un vistazo en alguna terraza, echando un café. Eso es lo único que he echado de menos.
La tecnología está siendo la salida para muchos profesionales y, muy en especial, para los artistas, sobre todo con las videoconferencias (y más cosas). ¿La has utilizado para tu trabajo? ¿Qué respuesta has tenido de tu público?
Sí, sobre todo para impartir talleres. También para hacer alguna golfada, como grabar vídeos con lecturas de textos y difundirlos por YouTube. En general, no me han insultado demasiado por hacerlo. [risas]
Probablemente, todo esto te afectará también a nivel económico, ya sea en actuaciones/ventas/exposiciones (esto depende de tu disciplina artística correspondiente). ¿Te preocupa más la situación actual o lo que “se viene” ahora?
A mí no me ha afectado demasiado. Y he tenido suerte, porque no ha afectado al calendario de publicaciones que tenía previstas para este año. De hecho, me ha salido bastante más trabajo. Pero si no fuera así, como estoy acostumbrado a vivir con poco, tampoco supondría un gran perjuicio. Temo por las editoriales y las librerías. Sobre todo por las independientes, que no pertenecen a grandes grupos. Sospecho que se van a llevar la peor parte del aspecto económico de esta crisis.
Entrando más en materia de este blog, curiosamente, el confinamiento está resultando un respiro enorme para el planeta: el mar, los montes, el aire se están renovando. Quizás esto debería significar una mayor conciencia medioambiental, pero ¿confías en que estemos aprendiendo o crees que volveremos a ser “los mismos de siempre”?
Los mismos de siempre o peores. Esta pandemia es un baño de humildad para el mundo industrializado. Pero ya sabemos que la humildad no es uno de los atributos más eminentes de la sociedad industrializada. Nos domina, antes bien, la soberbia. Al principio del confinamiento, creí que la gente había aprendido a ser paciente, más responsable, más generosa… Pero en cuanto ha comenzado la desescalada, he descubierto que me equivocaba. Y somos muy necios si no entendemos que si, como especie, mantenemos nuestra cueva sucia, la naturaleza tenderá a reajustar los desequilibrios que nosotros creamos.
La cosa está peliaguda con el turismo. Pero los viajes de ciudad son viajes culturales. Uno va a ver museos, arquitectura, conciertos, teatro, etc. ¿Cómo crees que podría la cultura añadir más valor al turismo en Canarias?
Me cabrea mucho hablar sobre este tema, porque solo nos acordamos de lo sostenible cuando lo insostenible no sale rentable. Canarias siempre ha tenido un gran potencial no solo en el turismo de naturaleza, sino en el turismo de cultura. Pero, tradicionalmente, se ha dedicado al monocultivo del turismo masivo de sol y playa, no solo ecológicamente insostenible y culturalmente empobrecedor, sino temerariamente volátil desde un punto de vista económico.
No ha habido realmente un gran esfuerzo (salvo en los últimos años, como el fomento del turismo arqueológico en Gran Canaria) por buscar una alternativa seria y organizada al turismo masivo. Alguna vez he sostenido encendidos debates con algunos empresarios (y hasta políticos) de aquí que seguían empeñados en que la historia del turismo (entendido así) era una historia de éxito para Canarias. Son los mismos, por cierto, que vienen luego lloriqueando y pidiendo que se les salve con el dinero de todos cuando quiebra un turoperador o llega una pandemia que hace daño a su sector. Y sé que, cuando pase esto, volverá a apostarse por ese turismo masivo de sol y playa y cuatro explotadores aprovechados nos seguirán vendiendo el cuento de que es exitoso. Hasta que tengamos que pagarles otra vez sus pérdidas en la siguiente crisis.
Un referente en tu disciplina
Cormac McCarthy.
Si existiera el Premio Nobel del Medio Ambiente y la Sostenibilidad, ¿a quién se lo darías?
Al más humilde agricultor o agricultora ecológicos.
Un rincón de Canarias (playa, bosque, barranco, ciudad…)
Es injusto que solo sea uno. El Cubo de La Galga (La Palma), por ejemplo.
El próximo viaje fuera de Canarias te gustaría que fuera a…
Lisboa.
Una conducta de las personas que te moleste (pensando en términos de sostenibilidad, medio ambiente, turismo, etc.)
El uso constante e innecesario del automóvil.
Y una conducta tuya en la que tú crees que podrías mejorar.
Aprender a ajustar las raciones que cocino. Me cabrea tirar comida. Es un derroche.
Un hábito sencillo para ahorrar agua
Cerrar el grifo o la ducha mientras te enjabonas.
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La foto de Alexis es del fotógrafo Chiqui García.
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